Diamantes: ¿dónde nacen y por qué son tan lujosos?
Los diamantes llevan siendo símbolos de lujo y exclusividad durante varios siglos. Al afán de coleccionismo que se despertó en la realeza y las clases altas a partir del siglo XV se juntó el hecho de que se convirtieran en un accesorio clave a la hora de proponer matrimonio.
El primer ejemplo de pedida con un anillo de diamantes del que se tiene constancia fue el del archiduque Maximiliano de Austria, que se lo ofreció a María de Bergoña en el año 1477. Un hecho que, unido a su escasez en la naturaleza, provocó que se convirtieran en objetos de deseo en la sociedad.
¿Dónde se localizan los diamantes?
Los diamantes surgen de forma natural bajo tierra en dos tipos de zonas diferentes. La primera de ellas es entre dos placas tectónicas que se juntan y una de ellas es empujada hacia abajo. Estas localizaciones suelen encontrarse a más de 150 kilómetros de profundidad, donde las temperaturas se elevan a más de 1.000 ºC y en las que la subida del magma hacia la superficie provoca que los diamantes se aproximen más a la corteza terrestre.
La segunda forma más habitual en la formación de estas piedras preciosas es en las zonas de subducción, creadas también por una colisión entre placas tectónicas. Aquí, los diamantes se forman mucho más cerca de la superficie de la Tierra, a unos 80 kilómetros. Las temperaturas pueden alcanzar alrededor de 200ºC.
Diamantes en el espacio
No todo el mundo sabe que los meteoritos son una importante fuente de origen de nanodiamantes. Se tratan de piezas minúsculas, de apenas unas pocas milmillonésimas de metro. Por ejemplo, fueron encontrados un gran número de estas mini piedras preciosas dentro del meteorito Allen Hills por parte por investigadores del Smithsonian. Pero no han sido los únicos, ya que según testimonios de la propia NASA, se han descubrierto muchos nanodiamantes en otros meteoritos.
Y es que se pueden encontrar grandes cantidades de carbono en estas rocas de origen espacial, y alrededor del 3% generalmente está compuesto de diamantes microscópicos. Se cree que estas rocas se formaron durante las colisiones con asteroides y otros cuerpos celestes. Desafortunadamente, los nanodiamantes son demasiado pequeños para su uso industrial o comercial.